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Mi difunto padre me dio este consejo: “Tu negocio es como tu hijo. Si lo cuidas, lo nutres y lo ayudas a crecer, crecerá y cuidará de ti. Si no le prestas atención, saldrá corriendo a la calle y hacia el tráfico que viene en dirección contraria. No sobrevivirá sin tu total atención”. (1/4)

No podría haber pronunciado palabras más ciertas ni ningún otro consejo me podría haber guiado mejor. No puedo evitar pensar en todas las personas de esta increíble empresa que vienen a trabajar todos los días para cuidarla, atenderla y ayudarla a crecer. Como un niño en su trayecto hacia la edad adulta… (2/4)

…sufriendo raspones y contusiones en el camino: hemos logrado convertirnos en una entidad increíblemente madura, eficiente y generosa. No puedo imaginar ningún negocio en mejores manos que las de las personas que se ocupan del crecimiento de esta empresa y del cuidado de sus clientes como lo harían con la crianza de sus propios hijos. (3/4)

No hay nada tan estimulante como lograr los objetivos. Me enorgullece decir que yo, junto con mis socios y clientes, soy un afortunado por estar rodeado de aquellos que están tan orgullosos de lo que hacen todos los días en NELMAR. (4/4)